En memoria de mi

En memoria de mi

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. 1 Co. 11:25

El Apóstol San Pablo repite estas palabras que con anterioridad ya habían sido dichas por el Señor Jesucristo y hablan de la Santa Cena.

El gran memorial de la santa cena fue instituida por Nuestro Señor Jesucristo, durante la reunión que tuvo con sus discípulos antes de ser entregado para ir al Gólgota y morir por nuestros pecados, para llevar a cabo la celebración de la última pascua establecida al pueblo Hebreo en Egipto. 

Habla el Señor Jesucristo a sus discípulos y les dice: “En gran manera he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca; Porque os digo que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el reino de Dios.” Lc. 22:15-16. “Y tomando el vaso, habiendo dado gracias, dijo: Tomad esto, y partidlo entre vosotros; Porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.” Lc. 22:17-18. “Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dió, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado: haced esto en memoria de mí. Asimismo también el vaso, después que hubo cenado, diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” Lc. 22.19-20. 

El Apóstol San Pablo, sobre el particular, dice lo siguiente: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomo pan; Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte de Señor anunciáis hasta que venga.” 1 Co. 11:23-26. 

Celebrar la Santa Cena, es reflexionar en lo que hizo el Señor Jesucristo por nosotros, es cumplir con la orden que el Señor nos da, es recordar siempre lo que tiene un gran valor espiritual para nosotros. Es hacerlo como dice su palabra, es tener presente este memorial. Recordando su muerte porque en ella tuvimos todos los beneficios que nos habilitan para vivir en este reino de gracia y hacerlo hasta que él venga. Dios les bendiga.

El Testigo de la Fe Apostólica Febrero 2013  Sección Doctrinal