Mis palabras no pasaran

San Mateo 24:35

Entre las muchas enseñanzas que el Divino Maestro entregó en el sermón profético, se encuentra la que en este tratado se presenta: “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.”, dejando en claro que, siendo la voz del Señor Dios Todopoderoso, cuya palabra es infalible, esto será así. Es imposible que su palabra pase inadvertida, se va a cumplir, como se ha cumplido en todos los tiempos lo que Dios ha expresado a través de ella. 

En la descripción que hace el Maestro en este capítulo, donde abarca como tema la segunda venida de Cristo, el escritor nos dice que, saliendo Jesús del templo, se allegaron a Él sus discípulos para mostrarle los edificios del mismo, a lo que el Maestro les dijo que vendría el tiempo cuando no sería dejada piedra sobre piedra que no fuera destruida. Ya en particular, en el Monte de las Olivas, sus discípulos le preguntan: “… Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?.” San Mateo 24:1- 3. En su respuesta advierte de las cosas que habrían de suceder: Llegarán tiempos de confusión en los que el falso profeta aprovechará para hacer su trabajo, el cual desarrollará mediante su doctrina de error logrando engañar a muchos: “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y á muchos engañarán.” San Mateo 24:5; en otras palabras, explica: Se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán aun a los escogidos (San Mateo 24:23- 26). El hecho de reafirmar el Señor lo que sucederá, indica que serán momentos difíciles para la Iglesia; no obstante, el que la estableció prometió estar con ella y defenderla, guardándola en todos los tiempos. 

Continuando con la narración, el Maestro les dice que vendrá el tiempo en que se darán conflictos bélicos entre las naciones y los reinos de la tierra; a la vez, previene a sus hijos para que no entren en turbación por todo aquello que han de mirar (pestilencias, hambres y terremotos) diciéndoles: “Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.” San Mateo 24:6-7. 

Otro de los acontecimientos que marca el Señor Jesús, es que vendrá el tiempo que será multiplicada la maldad, y por ende, habrá un desaliento, en el amor a Dios en muchos de sus hijos: “Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará.” San Mateo 24:12. No olvidemos que la palabra del Señor es infalible; esta jamás pasará, todo lo predicho por Él se va a cumplir. 

Subraya además en sus enseñanzas que se darán señales en el sol, la luna y las estrellas; por la confusión del sonido de la mar, y de la ondas, las gentes en la tierra sufrirán siendo consumidas debido al temor y sobre todo por la gran ansiedad y la inquietud intensa que se vivirá en el mundo entero: “Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas: Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.” San Lucas 21:25-26. “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.” San Mateo 24:32. La voz amorosa del buen Dios, por conducto de su gloriosa enseñanza, nos mantiene alertas esperando el momento del retorno de Cristo Jesús Señor nuestro: “Y cuando estas cosas comenzaren á hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.” San Lucas 21:28. 

Todos los grandes sucesos que se están dando a nivel mundial y los acontecimientos que actualmente nos rodean, no podemos interpretarlos de otra manera; tampoco los podemos atribuir a algo natural; pues sería tanto como pasar por alto la enseñanza de Cristo y contribuiríamos a desacreditar sus profecías; sin embargo, en medio de todo lo que vivimos tenemos las palabras de consuelo del Señor: “… Voy, y vengo á vosotros…” San Juan 14:27-28. Hermanos, viene pronto el Señor por su Iglesia, y nos pondrá a salvo, todas sus promesas se cumplirán, de modo que el dolor, la tristeza, el miedo, la ansiedad, no predominarán; en Jesucristo tenemos segura la victoria. “El cielo y la tierra pasarán, empero las palabras del divino Maestro, no pasarán.” Dios os bendiga