San Lucas 2:10
NUEVAS: Noticia o información sobre un hecho reciente.
Nuevas de gran gozo fueron las que les dio el ángel a los pastores que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado en tierras de Beth-lehem de Judea, diciéndoles: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Y esto os será por señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre. Y repentinamente fué con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan á Dios, y decían: Gloria en las alturas á Dios, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.” ¡Había gran gozo en el cielo! Con el nacimiento de Jesucristo, se estaba manifestando la bondad de Dios para dar salvación al mundo entero.
La situación que vivía el pueblo de Israel, era lamentable; estaban subyugados al imperio Romano, tenían una gran decadencia espiritual al no atender a la voz de Dios, y sin embargo hay una luz de esperanza en las palabras que pronunciaron los profetas inspirados por Dios, como Isaías, que anunció: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” Isaías 9:6. Por esa razón, el anuncio dado por los ángeles ciertamente eran nuevas de gran gozo, ya que con el nacimiento del Señor Jesucristo se cumplirían todas las promesas de parte de Dios.
Estas promesas fueron creídas por hombres fieles y esperadas pacientemente, guardando con fervor la palabra dada por Dios para la redención del género humano. El evangelista San Lucas relata acerca de Simeón, un hombre justo y pío que esperaba la consolación de Israel, diciendo: “… y el Espíritu Santo era sobre él. Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor. Y vino por Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el templo para hacer por él conforme á la costumbre de la ley. Entonces él le tomó en sus brazos, y bendijo á Dios, y dijo: Ahora despides, Señor, á tu siervo, Conforme á tu palabra, en paz; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; Luz para ser revelada á los Gentiles, Y la gloria de tu pueblo Israel.” Lucas 2:25-32
Esas nuevas de gran gozo hicieron vibrar los corazones de quienes reconocieron el cumplimiento de tan maravillosas promesas de parte del Señor. Como hasta el día de hoy, cuando conmemoramos el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo se llena de alegría nuestro corazón, sabiendo que es el mismo Dios manifestado en carne, y nos conmueve el alma por la forma en que vino a nacer a este mundo, que por amor de nosotros se hizo pobre, siendo rico; para que nosotros con su pobreza, fuésemos enriquecidos; siendo el Rey de la Gloria no hubo lugar para Él en el mesón, por lo cual fue puesto en un pesebre y envuelto en pañales, pero todo lo hizo por amor a ti y a mí y al mundo entero. La Iglesia ahora conmemora su nacimiento con mucha devoción y alegría pues es un hecho real y maravilloso, como dijo el apóstol Pablo: “Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar á los pecadores …” 1ª. Tim. 1:15.
Esta buena nueva ha traído gran gozo, y nos rendimos ante Él con alabanzas y reconocimiento porque nació el que vino a llenar nuestras vidas de paz y esperanza, trasladándonos de las tinieblas a su luz admirable. Vivamos siempre agradecidos con el tierno y amante Jesús por tan grande amor que mostró a favor de cada uno de nosotros. Dios bendiga y guarde.
El Testigo de la Fe Apostólica Noviembre 2020